El Cabo de Buena Esperanza: Fin del viaje
Nos habíamos quedado en Swakopmund, ese municipio de confusa pronunciación fundado por los alemanes en 1892. En esa época, Inglaterra controlaba todo el litoral desde Walvis Bay, situado 30 kilómetros al sur, hasta Ciudad del Cabo, por lo que los germanos fundaron su único puerto marítimo en el sudoeste africano para hacer frente a la supremacía anglosajona. Hoy en día, Swakop, como se la conoce familiarmente, es una agradable ciudad...
Los caminos olvidados de Africa
Abandonamos Livingstone despidiéndonos de la siempre risueña Miryam, una amiga española con la que compartimos dos pasiones: Africa y los animales. Y por ello hace ya 8 años se despidió de nuestra piel de toro orientando su rumbo al sur, afincándose definitivamente en Zambia y especializándose en viajes en este país. Recientemente se ha lanzado junto a su hermana a la nueva aventura de abrir un restaurante con tintes hispanos en la...
Y llegaron las lluvias. De Malawi a Cataratas Victoria
Nos quedamos en Nkhata Bay, ese paradisíaco enclave en el corazón del lago Malawi. El hotelito donde nos alojamos está casi desierto, y nos dejan a precio de dormitorio comunitario una cabaña sin baño pero con una agradable terraza frente al lago. Justo debajo de nuestra terraza había una pequeña playa, con un par de hamacas para tomar el sol. La playa es de roca, pero las aguas cristalinas y los peces de colores te hacen creer que...
De montañas, mares y lagos
Poco a poco vamos dejando atrás las tierras masais, haciendo antes un alto en Arusha y en Moshi, las ciudades más importantes del norte de Tanzania. Tenemos la fortuna que desde la terraza de nuestro albergue en Moshi, el Kilimanjaro, amablemente nos dio la bienvenida abriéndose paso entre las nubes y dejándonos ver su nevada cima bañada por la luz del atardecer africano. El techo de África nos dio su particular bienvenida a sus...
Y tú, ¿de qué tribu eres?
El sol empieza a dejarse notar ligeramente a través de los cristales ahumados de nuestro Toyota, cuando un golpe seco en el techo de nuestro coche me hace abrir el ojo. No le doy importancia, y sigo durmiendo, pero el segundo golpe ya consigue despertarme del todo. Cristina también se ha despertado, y justo cuando nos estamos preguntando sobre la causa del ruido, es cuando vemos la cabeza de un mono asomar por una de las ventanas. Le...
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